• Las horas del Servicio de Ayuda a Domicilio se han reducido un 15% en los últimos dos años y el servicio ha perdido calidad
• Se ha tratado la posibilidad de recuperar las coordinadoras de mayores para reforzar el poder de los mayores en la gestión de los centros
• Lucas asegura que “los mayores se quejan de que se les ha olvidado y no se les tiene en cuenta”
Madrid, 17 de diciembre de 2010.- Recuperar la calidad que tuvo el Servicio de Ayuda a Domicilio hace unos años y acabar con el continuo recorte de horas es uno de los objetivos de las juntas directivas de los centros de mayores de los distritos madrileños. En la reunión mantenida esta mañana con el portavoz socialista, David Lucas, le han expresado su preocupación por el constante deterioro de un servicio social que consideran vital para mantener su autonomía. “Entre los mayores existe la opinión generalizada de que en el Ayuntamiento de Madrid no se les tiene en cuenta”, afirmó el portavoz municipal.
El grupo socialista estudia, junto con representantes de las directivas de centros de mayores, acciones coordinadas para poner fin a los recortes sociales aplicados por el Gobierno de Gallardón. “En los últimos dos años se ha registrado un descenso del 15% en las horas de la ayuda a domicilio. De las 20 horas al mes, se ha pasado a 17 y en algunos casos a 15. Además de los recortes, los mayores están muy preocupados porque los trámites para revisar las ayudas son cada vez más lentos y restrictivos”, aseguró David Lucas.
Estatutos
La modificación de los estatutos por los que se rigen las juntas directivas es también motivo de preocupación entre los mayores. “Sienten que cada vez se les quitan competencias y recortan su autonomía en la gestión de los centros”, añadió el portavoz municipal. Los mayores han informado al grupo socialista sobre la desconfianza del gobierno de Gallardón para con ellos.
Ante estos recortes, el PSOE considera la posibilidad de recuperar figuras en desuso como las coordinadoras de mayores con el fin de reforzar el poder de la juntas directivas. “Consideran que esa desconfianza constituye una gran injusticia ante el trabajo que vienen realizando desde hace años”, concluyó.
