Lissavetzky denuncia el traslado de Medialab Prado al año de su inauguración

  • 3 minutos de lectura


•    Media Lab Prado está considerado un referente internacional en innovación social y experimentación cultural.



•    Lissavetzky: “Es una insensatez. Un ejemplo más de cómo Botella está acabando con el patrimonio municipal”.





Madrid, 10-abril-‘14

Una inversión de ocho millones y medio de euros y cinco años de espera  para acondicionar la antigua Serrería Belga para acoger a uno de los proyectos más innovadores desde el punto social y cultural con el que cuenta Madrid pueden acabar en nada. Apenas un año después de la inauguración del edificio de Medialab Prado, la alcaldesa de la capital, Ana Botella, parece decidida a  ceder el edificio a una entidad privada. Para el portavoz del grupo municipal socialista en el Consistorio, Jaime Lissavetzky, se trata de una “pura insensatez”. “Están vendiendo el patrimonio de los madrileños a todos los niveles. Este es un caso más de cómo se antepone la recaudación, el hacer caja, a las ideas que aportan a la ciudad”.



Alarmado por las noticias aparecidas en los medios de comunicación, el portavoz socialista se ha apresurado a denunciar lo que considera otra muestra del “camino errático y las ocurrencias de la alcaldesa de Madrid que están terminando poco a poco con el patrimonio municipal”. “Nadie ha respondido a nuestras preguntas por este asunto”, aseguró el portavoz . “Nos quejaremos en el Pleno y en la Comisión de Cultura, pero esas sesiones se celebrarán después de Semana Santa y esto hay que atajarlo antes”, añadió.



Medialab Prado, instalado en la calle Alameda, es un espacio dedicado a la innovación social y la experimentación cultural en el que se están gestando ideas, propuestas y proyectos de innovación que ya son una referencia internacional y que, en muchos casos, buscan aportar soluciones para la ciudad. En este sentido, Lissavetzky ha citado desarrollos que plantean soluciones a los puntos negros de tráfico de la capital, a las barreras que supone el tráfico o a los altos niveles de contaminación ambiental. Sin embargo “ninguno ha sido  aprovechado”, aclaró Lissavetzky.



Durante cuatro años, los trabajadores hicieron sus diseños en un sótano al tiempo que colaboraban en la rehabilitación de la antigua Serrería Belga, donde se trasladaron hace un año. “El Ayuntamiento tenía nuestro beneplácito porque es el modelo de iniciativas que necesita Madrid”, reiteró el portavoz socialista que no comprende cómo el gobierno municipal puede actuar de forma tan improvisada y errática. Después de un año en el que se han asentado y empieza a trazar su futuro, los trabajadores tendrán que buscarse otro lugar. “No les han dicho que paralicen los proyectos, pero sí que busquen otra ubicación.  Una insensatez”, resume.



La concejal encargada de las Artes, Ana D’Atri ha explicado que Medialab Prado es un referente internacional y  el edificio ha preparado espacio para residencias a expertos extranjeros en el terreno de la innovación, un proyecto que ya está iniciado en coordinación con las embajadas.“Ahora el ridículo va a ser internacional”, añadió Lissavetzky.