- Rebajado en un 46% el dinero del mantenimiento de los monumentos, lo cual obliga a aumentar el gasto para reparar el deterioro.
- El grupo escultórico de la plaza Legazpi lleva tres años envuelto en lonas. “Es la momia de Legazpi”, ironizó Lissavetzky.
- El Faro de Moncloa sigue cerrado y el Conde Duque “ a medio gas” a pesar de las inversiones realizadas.
Madrid, 2 de Abril de 2014.- El portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha denunciado la deriva y falta de criterio en la gestión del patrimonio cultural de la capital. El desbarajuste es de tales proporciones que afirma que “la cultura se ha convertido en una cuestión de puro azar donde no hay planificación alguna” La falta de criterio y el “desinterés” afecta desde el cierre de bibliotecas y edificios simbólicos, como el Faro de Moncloa, por poner solo un ejemplo, a la reciente desaparición de cuadros. A ello se añade el abandono en el mantenimiento de los monumentos de la capital, con casos que se arrastran desde hace años como el que sufre Legazpi: “Desde hace más de tres años sigue envuelto en lonas el conjunto escultórico situado en esta plaza. Ya no es una figura ecuestre sino una momia”, ironizó el portavoz.
Según el portavoz del PSOE, lo paradójico es que el momificado monumento está situado en una de las puertas de entrada a la capital y a pocos metros de Matadero Madrid, un centro considerado de referencia cultural “al que se lleva de visita a los embajadores que vienen a la capital”, apuntó.
Este caso ejemplifica la “desastrosa gestión” del patrimonio monumental de la capital. Para el mantenimiento de los 1.700 monumentos que alberga la ciudad se destinan 600.000 euros cada dos años. El dato contrasta con el precio de licitación que lanzó en 2013 en el concurso de Conservación de Monumentos y Placas, cifrado en 1.125.000 euros, que fue adjudicado a una empresa que ofrecía una bajada del 46% en el total. El portavoz socialista ha advertido de las consecuencias de estas rebajas, denominadas en el argot de la contratación como “baja temeraria”, porque terminan repercutiendo en un deterioro del servicio que prestan y requieren de de constantes “ampliaciones” de dinero por parte del contratante, en este caso el Ayuntamiento de Madrid.
Asimismo, Lissavetzky ha criticado la falta de criterio a la hora de evaluar el mantenimiento de los monumentos repartidos en distintos puntos de la ciudad. Esta ausencia de definición, unida a la rebaja en el gasto de mantenimiento, pueden derivar en reparaciones mucho más costosas en el medio y largo plazo, debido al aumento del deterioro de las piezas que componen el patrimonio de la ciudad. De hecho, este podría ser el motivo por el cual el Consistorio prevé destinar 2.300.000 euros hasta 2015 a reparar la Iglesia de Maravillas, el Monumento a la Víctimas del 11-M, la Muralla árabe y el monumento a Alfonso XII en el parque del Retiro. “Pensamos que se invierte tan poco en mantenimiento que, al final, debe reforzarse la inversión”, explica Ana D´Atri.
Por ello, el PSOE reclama una definición del pliego de condiciones a la hora de fijar las actuaciones. “Estamos ante una de las administraciones menos transparentes que existen”, insistió Lissavetzky quien todavía sigue reclamando información sobre los cuadros desaparecidos: “Todavía no sabemos absolutamente nada de los cuadros de todos los madrileños extraviados por el Ayuntamiento ¿Dónde están los cuadros, señora Botella?”, ha subrayado.
El desorden y la mala gestión cultural encuentra otros ejemplos ilustrativos como la venta de pinturas pertenecientes al patrimonio cultural. Uno de los cuadros de la colección de la antigua empresa municipal Madrid Espacios y Congresos firmado por el pintor José Guerrero se vendió por 46.000 euros a una galería de la capital que, en apenas unos meses, ha revendido el cuadro por una cifra que ronda los 100.000 euros. “¿Es esto un ejemplo de buena gestión del patrimonio de todos?”, se preguntó el portavoz.
En su momento, el Consistorio justificó el precio de venta en la situación del mercado, afectado por la crisis, algo que no parece ajustarse a la realidad tras esta segunda venta. El portavoz socialista tampoco responsabiliza a la crisis de los recortes y cierres en las bibliotecas municipales, o el cierre del edificio El Faro de la Moncloa, o el despilfarro que supone tener el Centro Conde Duque “a medio gas”, después de la cantidad de dinero invertido. El abandono obedece, en su opinión al desinterés. ”La cultura se ha convertido en un azar donde no hay planificación ni criterio “, resumió.