La Policía Municipal podrá requisar los instrumentos a los músicos y ponerles multas de hasta 750 euros.
• El PSOE presentó una enmienda para conciliar la actividad de los artistas con el descanso de los vecinos. Ha sido rechazada.
• El grupo municipal socialista va a apoyar las protestas del colectivo de artistas callejeros.
Madrid, 7 de Febrero de 2011.- El concejal socialista responsable de Medio Ambiente, Pedro Santín, ha calificado de “cacicada autoritaria” la decisión del Ayuntamiento de Madrid de mantener el texto del artículo 41 de la nueva Ordenanza del Ruido -que se aprobará con carácter definitivo en el próximo Pleno Municipal-, que prohíbe todas las actuaciones musicales que tengan lugar en la vía pública, independientemente del lugar donde se realicen, si molestan o no molestan a los vecinos y si hacen más o menos ruido.
El grupo municipal socialista presentó una enmienda para la modificación de la redacción de este artículo, de modo que solo se prohibieran aquellas actuaciones en la calle que originen ruidos por encima de lo permitido por la Ordenanza, en caso de que provoquen quejas y molestias a los vecinos y cuando se realicen en zonas no habilitadas para tal fin.
Medio Ambiente ha rechazado esta enmienda y ha mantenido el texto inicial que, además de impedir sin excepciones todas las actuaciones musicales en la vía pública, permite a la Policía Municipal requisar los instrumentos de los músicos y su depósito en dependencias municipales hasta que se pague la multa correspondiente.
Entiende Santín que “esta nueva norma criminaliza a los artistas callejeros, que pasarán a ser considerados delincuentes clandestinos a los que se podrá poner multas de hasta 750 euros. Esta persecución no tiene precedentes en ninguna capital europea”. La enmienda que proponía su grupo, sin embargo, conseguía conciliar el derecho de los músicos y el de los transeúntes que desean escuchar música en la calle, con el descanso de los vecinos.
El edil del PSOE ha anunciado que van a apoyar las protestas que entre el colectivo de artistas callejeros se producirán si el gobierno municipal no cambia de actitud.
“No entendemos que la música se prohíba porque sí, ni que se incauten instrumentos que son delicados y valiosos. Es como si a un conductor se le expropiara su vehículo si circula sin silenciador o a escape libre. Es una fobia más de Ana Botella y de todo el gobierno municipal, que está superando los límites de la racionalidad”, concluye Santín.