Óscar Iglesias critica que ?las prisas por terminar la M-30 implican un alto coste ambiental, económico y de salud para los madrileños?
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28 de septiembre de 2006.- ?Las prisas de Ruiz-Gallardón, la improvisación y la falta de planificación en las obras de la M-30 les cuesta caro a los madrileños, tanto en términos de salud como de dinero?. Con estas palabras denunciaba el portavoz socialista, Oscar Iglesias, la decisión del Gobierno local de instalar una subestación eléctrica en el parque del Oeste, uno de los nueve de la ciudad con nivel de máxima protección. ¿El motivo? ?Un olvido municipal?, el de que los túneles de la M-30 requieren energía para su iluminación, para el funcionamiento de los extractores y el sistema de control de éstos.
Contó que en los proyectos de la M-30 no estaban contempladas medidas para asumir el aumento del consumo eléctrico que suponen los nuevos túneles. Pero el Gobierno de Gallardón no cae en la cuenta de esta situación hasta que no reciben, el pasado 22 de febrero, las conclusiones de un informe sobre la evolución de las obras que habían encargado a la empresa TRN Ingeniería. Del estudio se desprende las carencias para suministrar energía eléctrica a los túneles de la M-30 y recomiendan la redacción de un anteproyecto que solvente el problema.
Salud y mentiras
?Primero se les olvida que hace falta más energía?, señaló Iglesias. ?Pero lo peor viene después?, prosiguió, ?ya que cuando se dan cuenta de ello, dos años después de empezar las obras, deciden instalar un cableado de alta tensión a un metro de distancia de las casas de los vecinos?. El cableado estará a tan sólo un metro y medio de profundidad y por él ?viajarán? 105.000 voltios. Un portavoz de los vecinos de la zona expresó la preocupación que éstos tenían por las consecuencias en su salud. El cableado de alta tensión para la futura subestación afecta a las calles Princesa, Rey Francisco, Rosales, Plaza de España y Parque del Oeste.
Criticó que se haya mentido a los vecinos, ya que cuando vieron las zanjas y preguntaron el motivo de las obras la contestación fue que se estaban haciendo mejoras en el suministro eléctrico de la ciudad. El PSOE aseguró también que se han abierto las zanjas sin el permiso del Ministerio de Industria.
Más dinero
Las obras de la M-30 van a sufrir un nuevo sobrecoste. En concreto, 7.802.705 euros, de los cuales 4.500.032 euros se los podrían haber ahorrado si los proyectos se hubieran realizado con ?profesionalidad y tranquilidad?. Un dinero, los cuatro millones y medio de euros, que pagarán los madrileños para costear la ?improvisación? del Gobierno de Gallardón, ya que hay que invertirlos en la instalación de una subestación provisional que sirva para dar servicio sólo durante 18 meses. El tiempo que se tardará en construir la definitiva.
Y la definitiva, con una capacidad para suministrar 22,7 megavatios, se instalará en el Parque del Oeste. Para empezar, éste es uno de los nueve parques históricos de la ciudad con máximo nivel de protección, lo que implica la prohibición de instalar cables de alta tensión en la zona. ?Provocará?, dijo Iglesias, ?un grave daño ambiental?. Añadió que las obras de la futura subestación no cuentan con el preceptivo estudio de impacto ambiental, según la Ley 2/2002 de Evaluación Ambiental de la Comunidad de Madrid.
No a la subestación
El grupo municipal socialista exige un estudio riguroso de las distintas alternativas para promover de energía eléctrica a los túneles de la M-30. El informe, puntualizó el portavoz socialista, debe incluir alternativas para no ubicar la subestación eléctrica en el Parque del Oeste por dos razones obvias: garantizar la salud de los vecinos y preservar este espacio verde.